Agárralo,
el cuchillo sin mango,
y rómpelo,
el vidrio sin reflejo,
nunca me atreví,
a tocarte…
Te mentí y me miré:
ya es tarde.
Me dijeron que,
con ira te trizarías,
pero no lo intenté,
hasta que hoy Narciso arde.
El fuego es todo…
Mira por la ventana:
las nubes son un corazón,
esta balada otoñal arde.
(El Tipo baja la escalera, sale por la puerta trasera y hace una reverencia.)